Este es un tema, que desde cierto punto de vista, da risa, porque es patético, contradictorio. Hablar, hablar, hablar, y no hacer.
No hacer sí, eso es. Hablemos de mí, y luego de la gente.
Al respecto de mí, siento amor incondicional por todos los seres humanos desde mi despertar de 1999. Sí, otra vez con eso, sí, siento eso. Pero eso no me hace mejor persona. Para nada. Ni mejor que nadie, ni que decir tiene. La verdad es que trae muchos disgustos, pero a su vez, la dignidad más elevada. Pura elección, qué elijo alimentar en mí.
Otras personas comentan que tras ciertas aperturas de la consciencia, sienten lo mismo, amor por todo. No hay una manera específica de llegar a eso, sólo el devenir de tu camino personal te lleva, y ese camino es inexcrutable, impredecible, y mucho menos programable para el que no está ahí: no hay una manera "segura" y comercial de llegar ahí, entendéis?, eso es. Os venden artificios, mecánicas carentes de vida, vuestra vida, carentes de lo más importante de todo: de ti. El devenir te lleva a ello, no tu llevas a tu realidad tal devenir forzándolo con tu voluntad, el devenir va antes que tú, tu subconsciente decide, no tú, aunque abras tu corazón a recibir eso.
El amor incondicional.... Algunos lo sentimos desde hace tanto tiempo que casi se olvida la noción de su importancia, pues hemos perdido la memoria del contraste que supone no sentir eso. Nos hemos hecho a ello, y no hay otra forma de existir, que con ello, pues va ligado a la expansión de la consciencia, innegablemente. No amar incondicionalmente, es no ser suficientemente consciente de la realidad cósmica, creo yo.
Hablar de caminos para llegar a ello es lo vanidoso, pretender creer que tienes un control para alcanzar algo que no puedes vislumbrar, ni imaginar siquiera, es vanidoso. Creer que tienes la clave para que otros lo alcancen, es más vanidoso todavía, es patético. Tú no eliges aquello en lo que acabas creyendo, aquello en lo que acabas creyendo, te elige a ti. Y si tu, por conveniencia pura, te gusta, lo alimentas. Esa es tu pequeña elección, en medio de la corriente de un flujo impredecible e incontrolable. De nuevo el estado de humildad en el que existimos. Tiene un sentido bastante práctico: erradica de base todo totalitarismo espiritual por ser un error de concepción puramente intelectual.
Defectos, todos tenemos, no?. Por eso hablo de amor y no lo hago en absoluto, por que me fijo en los defectos de los demás. Cuando buscamos que el mundo cambie, lo estamos despreciando, cuando buscamos que las personas cambien, las estamos despreciando, cuando buscamos que el otro cambie, lo estamos despreciando. Veis amor ahí?, por que yo no veo nada. Dar latigazos al otro para que cambie "por su bien", no es amarle, es tiranizarle. Así que, cabe reseñar que, cualquiera que hable de amor y te diga que debes de cambiar para alcanzar "lo que sea", no te ama. Qué coño te va a amar?, te tiene más como terreno de cultivo a fertilizar por sus memes y lavado de cerebro-adoctrinamiento, que por el ser humano que eres, te ve como un objeto, un medio para sus fines. Está haciendo pues, lo contrario, pero se disfraza para que no te des cuenta; de hecho, ni él mismo se da cuenta de lo que hace. Ama tu superficie, pero no te ama a ti, por eso trata de cambiar tu superficie, ahí ve el premio. Pero eso más que amor parece codicia: la codicia de controlar la voluntad ajena.
La búsqueda del mundo utópico perfecto de amor, libertad, justicia, y dignidad humana respetada es la zanahoria del burro más grande que tendemos a comernos, por odiar profundamente la realidad en la que vivimos. Qué irónico, que toda nuestra cháchara sobre el amor se fundamente en el desprecio y el odio profundo no reconocido. Con qué derecho nos creemos a modelar el mundo, el universo, a nuestra imagen y semejanza?. Tal vez por que desde cierto punto de vista, nos comportamos como niños.
La verdad es que es cómico, pero me río y me causa esa risa por que lo admito: admito que desprecio a los demás, a la superficie de los demás, cuando contradictoriamente, los amo inevitablemente en su esencia. Crea una lucha titánica en mi interior, siempre la ha creado. Y la creará en todos vosotros igual, en tanto en cuanto sintáis amor por quien por poco que hagáis fuera de sus raíles mentales os pisotee sin compasión. Lo hace todo el mundo. Lo hago yo, lo he hecho yo.
La mayoría inmensa vive en el postureo de admitir que no desprecia a todo aquel que piense y viva diferentemente a como ellos lo hacen. La hipocresía tiende a ser un modo de vida en toda sociedad. Tomad golpe de realidad. La palabra amor se utiliza como jabón de manos, pero no para mucho más que eso.
Admitir estas cosas, redime un poco. Me quita, aunque sea un poco, el peso de encima, de la inquisitorial mirada ajena. No os creéis inquisidores?, lo sois, todos y cada uno de vosotros. Lo somos.
Yo creo que a mí, lo que más de mal humor me tiende a poner es esa hipocresía en la que tanto caemos, el pretender que, nosotros, como humanos que somos, falibles, vivamos una forma de existencia forzada y antinatural en la que todo desliz es duramente sancionado. Por eso hablo del amor, una utopía que se impone sobre la realidad inquisitorial. La dulce cobertura que trata de tapar una realidad llena de mierda a todos los niveles: desde el más necio al más iluminado, desde el más superficial, al más profundo, no se salva ni el tato y los que profesan espiritualidades llenas de luz y amor mucho menos pues buscan más duramente viralizar su ingeniería social, su infecto comunismo personal. Una utopía que ni existe en este planeta en su colectivo, ni creo que llegue a existir nunca por que va contra la vida misma.
Menos mal.