viernes, 9 de junio de 2023

La carrera de la rata espiritual.

 

Parece mentira cuan crueles podemos llegar a ser con nosotros mismos. Lo admito, es sólo el producto de tomar en serio las opiniones ajenas sobre su interpretación subjetiva de la realidad. Es sólo el producto de implantes mentales parasitarios que nos pasamos de unos a otros en medio de la búsqueda de la perfección propia de la carrera de la rata espiritual. Desde cuando sentir y ser dios es algo solo apto para élites espirituales?, válgame dios y la redundancia!!. Que gran farsa, propia de grandes farsantes llenos de vanidosa sacralidad. Que el "recto" se meta un palo de fregona por el susodicho, que así se quedará mas recto todavía. 

Si te sientes culpable de sentir a dios aquí y ahora, cuando te de la gana, bienvenido a la prisión.

Quieres dejar de ser una rata?, a la mierda la perfección, a la mierda las condiciones, a la mierda las razones!. Has perdido tu autoridad y soberanía sobre tus decisiones ante parásitos que se erigen como falsas autoridades. Tal vez tus planes de vida te ayuden a ser esa rata más aun.

Planes, ideas, e imposición de tu voluntad sobre la realidad, esa creencia de que tu destino está bajo tu control.

No hace falta más que aceptarnos tal y como somos, con todos nuestros defectos, para elevarnos por encima de todo aquel que lucha por ser perfecto, en un parpadeo. Por qué somos tan severos con nosotros mismos, por qué lo somos, con los demás?: porque matamos al dios mas genuíno en nuestro interior, lo habremos enterrado bajo un sinfín de falsas condiciones para sentirlo, para ser uno con el, para ser uno con nosotros mísmos. No necesitas razones, ni condiciones para hacerlo, y ni mucho menos, el oscuro juicio y opinión de nadie, para sentirte justificado en tu actitud. Cuando se ha desenterrado, la realidad se convierte en un juego de niños y como tal, se siente ternura y simpatía por ellos. Es desenterrarte y sentirte como quieras sentirte, no es un camino hacia nada. Basta ya de caminos de mierda. Eso es lo que el enemigo quiere que creas que necesitas hacer, un camino, en el que perder el tiempo, pero lo que hay es eternidad y una relación intima única e irrepetible con lo que eres.

No es cuestión de aparentar de cara a la galería. Eso es algo totalmente irrelevante, solo apto para vanidosos. Es cuestión de redención más allá del horrible y constante juicio ajeno.

Todas las condiciones de la rata son tonterías ante lo eterno, ante la grandeza infinita de lo que es y eres. La rata sólo ve y siente su propia pequeñez. Pero esa es su encrucijada, su decisión y cambio de actitud que puede, si quiere, acometer.

Es siempre curioso reconocer nuestra grandeza a base de reconocer nuestra insignificancia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

No digas polleces e?.