Empezando por decír que solo el cuerpo físico muere, no tú.
Esto lo han dicho millones ya. Nada nuevo bajo el sol.
Pensaba en ello y en el por qué vivimos, o vivís la vida con la desesperación de "vivirla a tope", y lo relacionaba con el primer post del hilo que hice sobre el valor de la vida y la reencarnación.
Parte de la trampa que aquí se nos plantea reside en la insidiosa idea del carpe diem que aquí se nos vende, junta eso a el lavado de cerebro al que somos sometidos desde crios, para acabar mas perdidos que pingüinos en el desierto. Por eso existe la espiritualidad como salida, por que colectivamente, algo se está haciendo mal.
El flujo natural del ser que somos considera la muerte de cuerpo tanto como de los egos e identidades a los que os aferréis, como algo normal, necesario, como el ducharse, para estar limpio.
Cuanto más desesperadamente uno pretende vivír "la mejor vida posible", mas se empequeñece su existencia creando un cuello de botella en el flujo del ser y la consciencia, y mas probable hace que decida, sí, decida, reencarnar por estar desesperado por vivir "cualquier cosa" que sienta que quiere vivir.
Irónicamente, con toda esa desesperación se niega la consciencia del ser que es más allá de la muerte del mundo trampa humano, bloquea centros energéticos sentimentales superiores que permiten esa percepción y consiguiente consciencia, y queda atrapado en un bucle hedonista, hasta que se harte y luche en soledad y marginalidad por no dejarse llevar por el ejemplo ajeno imperante.
No es un juicio moral, esto, sobre lo que a cada uno le de la gana vivír, sólo una observación.
Quieres ser un infeliz?; desespérate por vivír como hacen tantos otros, súmate a la carrera de la rata colectiva. Nada mejor para sentirse rata, y no dios navegando por sí mismo.
Para qué querer ir "por delante" de nadie, si en realidad no se puede?,
para creerse mejor que los que van detrás en la carrera?, ego, vanidad,
narcisismo, al final. Ya me cansé yo de esa desesperación por estar
delante, en mi humilde opinión te centra en el bucle y nubla la vista.
Vivir no es competir para mí, competir es un sin vivir, pero reitero,
cada uno haga lo que le de la gana, me limito a reflexionar sobre ello.
Todo es competición en este mundo, todo es pisotear al otro para sentirnos mejor que el en nuestra infame desesperanza.
Es esa enfermiza fijación por ser el mejor la que nos deja ciegos. Sea
en cualquier ámbito, da igual, que es como el niño que busca ser
aceptado.
Es flipante, como se fomenta en el mundo, ese pisoteo malévolo al otro para cegarnos en nuestro ego vacío y no ver una mierda de lo que tenemos delante. La charada del mundo es solo una distracción, claro, una eficiente trampa para la consciencia.