Puede acabarse entendiendo que los humanos son solo otra parte más de lo que uno es. Que, aunque no te entiendan, no importa. Otra parte de tu ser te entiende, sólo tienes que conectar con ella.
Si uno sufre aquí, es por querer ser entendido por quien no puede entenderte. Aferrarse a algo que ya es pasado, es lo que produce más dolor. Que todas aquellas personas a las que amabas y te dieron la patada, pidieron demasiado de ti: ser perfecto cuando ni ellos ni tu podrían serlo jamás.
El amor no es una lucha por nada, el amor, no es una lucha por nada. Si es algo, siempre será algo más cercano, algo menos difícil, algo más sencillo, menos complicado, que buscarlo en las otras personas y no conseguirlo: la frustración, el sentirse inepto, el sentirse un error. Eso es el cruel amor humano. Para lo que es, no hay errores, el único error que siempre existirá es nuestra concepción de "el".
La comunión es fácil de conseguir, lo difícil, o imposible llegado cierto punto, es conseguirla con la gente. Con el resto, es fácil. Y eso importa, pues no violentas ni a ti ni a los demás con esa búsqueda perdida del paraíso en el otro ser humano. Todos tenemos razón en algo, en lo que no tenemos razón ninguno es en que la nuestra sea mejor que la de los demás.
Si no encuentras la esperanza en un "lugar", es por que la estás buscando en el "lugar" equivocado.
Soy y he sido un inepto para ser padre toda mi vida. Pero al menos soy capaz de darme cuenta, de que el que no reconoce la existencia de la inocencia ajena es un inepto para ser padre para toda la eternidad.
En fin, pescadillas que se muerden la cola. El asco que acabamos dándonos unos a otros por exigirnos unos a otros ser de una manera u otra parece no tener fin. A menos que dejemos de exigir nada; a menos, que amemos a los otros como un padre ama a su hijo, salvo que ese padre se corrompa y le ame como un tirano. Ya se sabe, que todo eso pasa, por que hay libertad para que pase, esa que tantos que presumen de ser libres, tratan de censurar.
Pretendemos convencer a los demás de cosas que hemos visto y vivido solo nosotros y consideramos realidades incuestionables. Pero no podemos comunicarlas, no podemos probarlas, compartirlas con los demás, y solo podemos "sufrirlas" y o "disfrutarlas" en soledad, no?. Y por el camino perdemos el IQ tratando a los demás como retrasados mentales por el mero hecho de cuestionar nuestras afirmaciones. Ese es el verdadero retraso mental, el verdadero retraso espiritual, el verdadero retraso emocional, que demostramos. Incomprensión, nos podrémos quejar de ser incomprendidos, pero raro es quejarse de incomprender a los demás. Raro y sabio y a la vez.
A lo que te resistes, persiste.
Me gusta ver que la "realidad" es esa cosa indefinible, rebelde, frondosa, y salvaje, que nos escupe a la cara cada vez que pretendemos atraparla en nuestro homínido intelecto. Esa verdad del ser que somos que se adelanta siempre a la inteligencia de nuestros egos. Todavía tenemos padres, ahí, pero hay gente huérfana que defiende a ostia limpia seguir siéndolo buscando paraísos pasados perdidos en su memoria en los que volver a perderse en solitario.
Libre albedrío, again, and again, and again, again, and again.
Pero es que no lo entendéis?, el compás moral que os dirige es vuestro arbitrio propio, "me gusta el azul me gusta el rosa, y si decido que me gusta es por que decido que no se decidir por qué coño me gusta pero lo adopto y a tomar por culo"; no ninguna ley mental autoalimentada que os exima de la responsabilidad de vivir la vida que vivís.
No queríais ser dioses, joder?!!.
Aun así, sin humildad ante uno mismo no se llega a ningún sitio, salvo a la rebeldía contra lo que uno ya es. Víctima del escenario. Víctima de uno mismo, uno mismo es, cuando se rebela contra la metáfora que contempla como sueño en el que autocontemplar aspectos de uno mismo por quien sabe qué misteriosas razones.
Fluír, antes que convertirse en un metal inerte, maleable y creado solo por el calor de las estrellas, esas que somos pero con las que no nos identificamos.
Hay tanta libertad en el sentir y en el vivirse comparado con los ejemplos que otros dan de sentir y vivirse que abruma.
La norma es comentar que para vencer hay que luchar contra algo que consideras ajeno a tí mísmo. La derrota es seguir haciéndolo.
Hasta donde no nos vamos a entender unos a otros?, hasta límites infinitos, si me haces tal pregunta, pues tales límites, son la equivalencia de cuanto despreciamos ser lo que somos.
Para aquellos que se preocupen por esto: todo paradigma, será olvidado, por estar siempre por debajo y a la cola de la vida.
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No digas polleces e?.