Algunos de nosotros tenemos mucho que decír y poco que callar. Lamentablemente, la mayor parte del tiempo hablamos pero no decimos nada, por qué?, supongo por que no sabemos hacernos entender. Lanzar palabras al aire para ver si alguien las entiende, ese mensaje en una botella lanzado al mar.
Primero, uno nunca va a ser entendido por nadie insultando y humillando, a ese nadie. Llamar tontos, ignorantes, dormidos, zombis, infantiles, y demás adjetivaciones a los demás, sólo deja en evidencia nuestra ineptitud como comunicadores. Sí, es cierto, es difícil comunicar ciertas cosas, y otras, acabamos concluyendo que son incomunicables, intransferibles, lo he dicho mil veces, pero si algo tengo en cuenta es que un signo de inteligencia es saber hacer sencillo, lo aparentemente complejo.
Segundo, conceptualizar crípticamente nuestra experiencia de vida no sirve de nada. Bueno sí, sirve para ocultar la verdad, para distraer, para confundir, para llevar a engaño, y muchas cosas más, pero una de ellas destaca por encima de las otras: para perder el tiempo. Una pena que con toda la buena intención que pongamos en comunicar lo que sea, consigamos el efecto contrario la mayor parte del tiempo; trabajamos para hacer el bien, o el mal?, por que con nuestra actitud, esa mayoritaria, común, y corriente, parece que lo hacemos para el mal.
Tercero, qué diantres es eso de los caminos iniciáticos?, por poner un ejemplo: meter en un laberinto a otra persona, para liarle más, distanciarle de si mísmo más. Como las relaciones sexuales a otro nivel mas sutil de la existencia. Adoctrinar a otros sobre como "experimentar" lo que otros experimentaron, una suerte de zanahoria del burro para sentirse mejor, en un mundo en el que no vales nada. Si en el mundo valieras, tal y como eres, no necesitarías escalar ninguna montaña para ser reconocido por el otro. ¡No necesitarías hacer eso para reconocerte a ti mismo!. La necesidad de hacer caminos espirituales que se viralizan dice mucho de este destruido mundo. Aquí nadie tiene la culpa de nada de lo que pasa, con seguir la corriente basta. Solo cuatro cabezas de turco son culpables. De risa.
Acaba siendo solo otra forma de socializar, hostil para con el ser que eres, benigna para con el impostor en el que te conviertes.
Cuarto, claro es que la gente no quiere estar consigo mísmos tal y como son, ni con ellos ni contigo, que todos hemos de disfrazarnos de laberintos humanos para seguir siendo relevantes para los demás. El lenguaje es el laberinto y el disfraz, la acción del corazón, la salida.
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No digas polleces e?.