Cuando uno se rebela contra el trabajo, contra trabajar, por sentirse como un esclavo al hacerlo, se reconoce con facilidad qué es aquello que mas se venera, y a lo que mas duele de ser atacado, por que te duele a ti también; pero aun así, me rebelo, por que hay algo que falla, algo que no encaja, en toda esta aparente maquinaria perfecta. "Maquinaria perfecta"... de verdad os lo creéis?. Uno acaba siendo un apestado. Y uno acaba siendo un apestado por que todos sabemos subconscientemente que estamos haciendo algo mal al seguir la dinámica del mundo actual sin cuestionarla; pero da igual, mejor seguir la corriente del miedo imperante y vivir en el infierno, que cuestionarla, y empezar a creer que existimos para algo más que para estar aislados en nuestros negros agujeros, separados de los demás y con el dinero que tengamos en el banco como único colchón en el que reposa nuestra vana esperanza.
Matas todo tu ser como si de un pedazo de carne caduco se tratara, pero ha tu vanidoso, que tal cosa no puedes conseguir, pues eres inmortal.
Esa es la tristeza, esa es la ruina, en la que se encuentra sumida esta humanidad, o sociedad; la ruina de vivir en el sentimiento y la consciencia de que no puedes contar con los demás para nada, o casi nada; que si te sales de los raíles serás duramente castigado, por ellos, al vivir su ausencia en tu camino. Y te dejarán morir, por que eres un inútil, para ellos. Si te ayudan, es para que seas como ellos, no para alentar tu diferencia. Ni mucho menos, tu rebeldía. Su mundo se derrumbaría si lo hicieran.
Abrid los ojos, y contemplad, las cenizas de este mundo destruido al que llamáis vuestro hogar. Por que si tal lo consideráis vuestro hogar, entonces es que el infierno es el justo lugar en el que habéis de vivir. Ese es el precio que hay que pagar por despertar.
Bienvenidos al desierto, de lo real.
Qué severidad que yo me temo a mi mismo en mi incomprensible actitud, que esconde una rebeldía y madurez que si me llego a atrever a comprender puede llegar a inducirme asombro; "¿puedo llegar a ser tan grande?". Pero para asombrarme he de ser valiente, valiente en esta soledad. En donde la recompensa de la valentía parece ser una muerte solitaria. Aunque eso simplemente es un estado de pesimismo mental...
¿Vivimos una vida de verdad, o una vida de mierda?. Tal no se mide en infelicidad o felicidad, si no en autenticidad.
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No digas polleces e?.